“Divorcio express”: una misma etiqueta para dos caminos distintos

Si buscas en internet “divorcio express” encontrarás dos versiones que conviven a la vez. La primera lo identifica con el divorcio de mutuo acuerdo tramitado en el juzgado; la segunda lo asocia al divorcio notarial que solo es posible cuando no hay hijos menores o dependientes.

Rafael Linares. Abogado.

5/4/20253 min read

divorcio express
divorcio express

¿De dónde sale el término?

La prensa empezó a hablar de “divorcio express” tras la reforma de 2005, que eliminó la antigua obligación de separarse un año antes de pedir la ruptura definitiva. Desde entonces basta haber estado casados tres meses y presentar un convenio firmado por ambos esposos; nada de exponer causas ni esperar plazos interminables. Más tarde, la Ley de la Jurisdicción Voluntaria (2015) añadió la posibilidad de divorciarse directamente ante notario, dando lugar a la confusión actual.

Vía judicial de mutuo acuerdo

Sigue siendo la alternativa más utilizada, sobre todo cuando existen hijos menores o patrimonios complejos. Los requisitos son sencillos:

  1. Convenio regulador que reparta bienes, atribuya custodia, alimentos y, si procede, pensión compensatoria.

  2. Demanda conjunta firmada por abogado y procurador; los cónyuges actúan como co‑demandantes, no como adversarios.

  3. Ratificación personal ante el Letrado de la Administración de Justicia.

La sentencia suele dictarse en uno a tres meses (depende del juzgado). Su coste medio en 2025 ronda los 700‑1 200 €, incluyendo honorarios de letrado y procurador.

Vía notarial: cuando no hay hijos dependientes

El divorcio notarial es aún más rápido: en muchas notarías se firma la escritura en menos de dos semanas. Estos son sus límites:

  • Sin hijos menores ni con la capacidad modificada judicialmente.

  • Acuerdo total sobre el reparto económico.

  • Presencia de abogado, que asesora y firma el documento junto a los esposos y el notario.

Al no intervenir procurador ni juzgado, el precio baja y se evitan esperas en la agenda judicial.

Lo que ambos comparten

  • Plazo mínimo de tres meses de matrimonio (salvo riesgo para la vida o integridad de un cónyuge).

  • Necesidad de convenio regulador; sin pacto claro no hay divorcio express.

  • Inscripción en el Registro Civil: juzgado o notaría envían de oficio el resultado, de modo que la disolución surte efectos frente a terceros.

  • Obligatoriedad de abogado: la ley exige que una persona experta certifique que entiendes el alcance del acuerdo.

¿Cuál elegir?

Familias con hijos menores → La ley te dirige a los tribunales. La presencia del fiscal garantiza que el convenio protege a los niños y evita acuerdos desequilibrados.

Parejas sin hijos dependientes y con buena sintonía → La notaría suele ser más ágil y barata. Además, permite fijar la fecha que mejor os cuadre a ambos sin estar sometidos a la carga de trabajo del juzgado.

Patrimonio complejo (empresa familiar, propiedades en el extranjero) → A veces compensa acudir al juzgado, donde se puede fraccionar la liquidación patrimonial y ganar seguridad procesal.

Pasos resumidos

  1. Elegir abogado y recopilar documentación (certificado de matrimonio, títulos de propiedad, nóminas…).

  2. Negociar el convenio, centrándose en la vivienda y el soporte económico de los hijos, si los hay.

  3. Firmar y presentar: demanda y ratificación en el juzgado o escritura en la notaría.

  4. Inscripción automática en el Registro Civil. A partir de ese momento el divorcio es firme y ambos recuperáis vuestra plena capacidad para volver a casaros o disponer de los bienes ya individualizados.

Mitos frecuentes

  • “Sin hijos menores puedo hacerlo sin abogado.”  No: la presencia del letrado es siempre obligatoria.

  • “Ante notario no puedo acordar pensión compensatoria”. Sí puedes; basta incluirla en la escritura y fijar cómo y cuándo se pagará.

  • “El divorcio judicial ya no es express.” Lo sigue siendo: simplemente tarda algo más por la carga de trabajo de los juzgados.

Conclusión

“Divorcio express” es un paraguas que cubre dos rutas distintas. Lo importante no es el apellido, sino elegir la vía que combine rapidez, seguridad jurídica y protección familiar. Con asesoramiento especializado, el fin del matrimonio no tiene por qué convertirse en un laberinto: puede ser un trámite claro, previsible y adaptado a la nueva vida que ambos deseáis empezar.